12 hábitos de gestión del tiempo de Benjamin Franklin

David Alcántara, Febrero 2015

Hace casi 300 años, Benjamin Franklin consiguió casi totalmente cambiar hábitos que aún debía superar. Como un joven adulto buscando enderezar su comportamiento, Franklin desarrolló una lista de 13 virtudes, anotando una breve definición de cada una. Eran rasgos de personalidad que él consideraba importantes pero que le faltaban. Sabía que promover estos hábitos traería consigo cambios positivos en su vida.


Empezando por el principio de la lista, Franklin empleó una semana trabajando en cada virtud. Por la mañana pensaba cómo podría reforzar el nuevo hábito a lo largo del día. Durante el día, miraba sus notas para recordarse a sí mismo el nuevo hábito. Al final del día, contaba cuántas veces se había apoyado en el hábito antiguo.

A pesar de que Franklin se sorprendió al principio al ver lo incorrecto que era su comportamiento, estaba muy decidido a trabajar con la lista entera en un ciclo de 13 semanas, completando 4 ciclos completos en un año. Con respecto a los resultados, anotó en su autobiografía que a pesar de que la perfección era inalcanzable él pudo ver grandes mejoras.

Psicólogos modernos reconocen 3 claves elementales en el procedimiento de Franklin, de hace 300 años, para cambiar hábitos:

• Empezó por comprometerse al nuevo comportamiento
• Trabajó sólo en un único hábito en cada momento 
• Colocó recordatorios visuales

Aplicando el método de Benjamin Franklin

Aquí se detallan 12 nuevos hábitos de gestión del tiempo para el nuevo año. Adáptalos como quieras, pero sea lo que sea lo que hagas, trabaja en uno cada semana usando el método de Benjamin Franklin:

Hábito 1: Esfuérzate por ser auténtico. Sé todo lo honesto que puedas contigo mismo sobre lo que quieres y por qué haces lo que haces.

Hábito 2: Favorece la confianza en las relaciones. Esfuérzate en construir relaciones con personas con las que puedas contar y en las que puedas confiar, y asegúrate que esas personas puedan confiar en ti y contar contigo.

Hábito 3: Mantén un estilo de vida que te aporte máxima energía. Entrénate hasta hacer aerobic al menos tres veces por semana,toma un almuerzo ligero y duerme suficiente.

Hábito 4: Escucha a tus biorritmos y organiza tu día de acuerdo a ellos. Convierte en hábito prestar atención a las fluctuaciones habituales en tus niveles de energía física y mental a lo largo del día; basándote en lo que descubras, ajusta las tareas de tu agenda.

Hábito 5: Asigna algunas prioridades y llévalas a cabo. Selecciona un máximo de dos cosas de mayor prioridad, y planifica tu tiempo para trabajar en ellas.

Hábito 6: Rechaza cosas que son incoherentes con tus prioridades. Benefíciate de decir no a otras personas y hazlo frecuentemente.

Hábito 7: Reserva un tiempo para concentrarte. Programa el tiempo cada día para trabajar en solo una cosa.

Hábito 8: Busca siempre formas de hacer las cosas mejor y más rápidas. Observa las tareas que haces una y otra vez y busca la manera de mejorar cómo las haces.

Hábito 9: Construye procesos sólidos. Establece procesos que se desarrollen y funcionen sin tu atención.

Hábito 10: Localiza los problemas a los que te enfrentas y soluciónalos inmediatamente. Reserva tiempo para pensar a qué te enfrentas y encara los problemas tan pronto como puedas.

Hábito 11: Fragmenta tus objetivos en pequeñas unidades de trabajo y céntrate en cada uno por separado en cada momento. Gasta la mayoría de tu tiempo trabajando en las tareas que están frente a ti y evita soñar demasiado con el objetivo final.

Hábito 12: Termina lo que es importante y para de hacer lo que no merece la pena. No pares de hacer lo que consideras valioso a menos que haya una buena razón para dejarlo.

Esto es simplemente una pequeña muestra. Si deseas más información sobre cómo aumentar tu productividad en investigación, consiga nuestra guía haciendo click aquí.

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